Siempre se ha empezado en el ejercicio del periodismo haciendo informaciones breves y poco trascendentes para pasar luego a otras de mayor enjundia. La responsabilidad de redactar titulares y sumarios nunca se dejaba en manos de gente poco experimentada. En televisión ocurría igual: los titulares eran cosa de los equipos de edición. Porque se trata de resumir en pocas palabras y con la mayor claridad lo más importante del contenido, o bien de apuntar una idea que llame la atención o despierte curiosidad; o mejor aún, las dos cosas a la vez. Como dije hace poco en twitter, si titulas bien, la gente tendrá ganas de leer el texto; si titulas muy bien, creerá haberlo leído.
Las cosas han cambiado. En los medios escritos digitales (y las ediciones digitales de los periódicos) ahora existe la misma prisa que en los audiovisuales porque las noticias tienen que salir cuanto antes y muchas veces es el mismo periodista que redacta la noticia quien le pone el titular. En los informativos de televisión muchas noticias llevan rótulos, que vienen a ser como un pequeño sumario y suele escribir el propio redactor. Los canales de información continua exigen a los editores titular los directos sobre la marcha y en el mejor de los casos, cada media hora en los boletines.
Ya sea por inexperiencia o por premura, cada vez se ven más titulares mal escritos o, peor, mal pensados. Unos no se entienden, otros resultan ambiguos, bastantes son incoherentes, otros incorrectos... ¡pero si hay hasta faltas de ortografía, caray!
Una, que ya tiene una edad, ha escrito montañas de titulares y sumarios y rótulos en general. A veces la frase perfecta no cabe en el espacio disponible. Eso te obliga a buscar otra forma de expresarla. En España, al contrario que en muchos otros países, no se utiliza el estilo telegráfico para esas cosas: no omitimos artículos o preposiciones. Debemos conjugar la brevedad, la corrección y la claridad. Y además, captar la atención del espectador para que se quede, al menos, hasta ver esa noticia, o la del lector para que se detenga a leerla entera.
He hablado antes de twitter y con eso quiero terminar. No hace mucho que tengo cuenta en esa red pero ya me resulta imprescindible. En ella leo los titulares de distintos medios españoles y extranjeros. Y en ella practico mi habilidad para redactarlos. A menudo enlazo un reportaje o una entrada de blog que me parecen interesantes; como quiero que mis seguidores los lean, intento darles una idea del contenido del modo más atractivo posible. No suelo limitarme a dejar el enlace con su título original. Si eres periodista tienes que contar lo que hay.
Inconscientemente juzgo los tuits de los demás con el mismo criterio. ¿Dicen todo lo necesario?, ¿lo dicen con la mayor concisión posible?, ¿animan o desaniman la lectura del texto adjunto?, ¿o son un texto completo en sí mismos?
Es fácil impresionarme por cómo se dice lo que se dice. Ya os habréis dado cuenta si sois lectores habituales de este blog.
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