miércoles, 6 de abril de 2016

Definirse

Hace unos días escuché por la radio a un conocido divulgador hablar del disco de oro de las naves Voyager, ese en que se recogieron imágenes y sonidos descriptivos de nuestro planeta y nuestra especie: una referencia para posibles extraterrestres inteligentes que llegaran a encontrarlo. "No es fácil describir para un extraterrestre dónde estamos, quiénes somos y cómo somos", decía. Y terminaba: "El autorretrato de la Tierra para alienígenas está pendiente". Pues sí. Para empezar, casi todos tenemos pendiente nuestro autorretrato individual.

Cuando hago una entrevista nunca le pido a la persona entrevistada que se defina, y menos en pocas palabras. Si alguien puede resumir todo lo que es, su vida, sus intereses, su formación, su actividad... en una o dos frases, sé que algo se está dejando fuera. Nadie es tan simple ni se concentra en una sola faceta. Mirad las descripciones de los perfiles de Twitter. Ni las que son un listado de sustantivos y adjetivos reflejan la complejidad del menos complejo de los humanos. Y, en general, nadie quiere retratarse a base de estereotipos y lugares comunes. Escogemos las palabras.

Hay quien empieza definiéndose por su profesión. Pero con la especialización de hoy en día, presentarse como profesor, ingeniero, transportista, diseñador, agricultor, biólogo, comercial, funcionario o periodista es como mostrar el carnet de identidad. Si tomo como ejemplo mi profesión, no hacen lo mismo un periodista que entrevista a políticos para un programa de televisión y otro experto en temas científicos que trabaja en una revista.

Hablando de políticos, podemos calificarnos también por nuestra ideología. Solo que cada vez menos personas se ven reflejadas en una de las etiquetas tradicionales. ¿Se limita uno a decirse progresista o conservador, de tal partido o de tal otro? ¿o necesitamos matizar, concretar, distinguir, desmarcarnos de alguien?

La referencia a las creencias religiosas o la ausencia de ellas puede no quedar clara sin explicaciones, incluso justificaciones. Lo mismo vale para la identificación con escuelas filosóficas, con posicionamientos sociales, con tendencias racionalistas o con el pensamiento mágico...

El aspecto físico, los intereses, las prioridades, los deseos, los gustos, los compromisos, las aficiones... nada es fijo ni permanente. No somos un instante, somos una trayectoria. Evolucionamos física y mentalmente. Hay hechos o circunstancias que nos refuerzan, mientras que otros nos hacen cambiar. Los arrepentimientos nos mueven tanto como los éxitos. Podemos tratar de definirnos por nuestras certezas, aunque a menudo son menos que nuestras dudas. Y tanto las unas como las otras llegan y se van.