Pero, como este es un blog sobre lenguaje, de lo que quiero hablar es de lo que supuestamente han aprendido estos becarios durante su etapa estudiantil en ese aspecto y de lo que supuestamente debemos enseñarles los profesionales para dejarlos, digamos, niquelados. Y lamento decir que ni su aprendizaje previo ni las enseñanzas de su becariado prestan mucha atención a la corrección lingüística. Porque a un becario se lo distingue fácilmente por su bisoñez, especialmente ante el micrófono, pero yo los detecto por sus errores semánticos y gramaticales, arrastrados sin duda desde la enseñanza primaria; por su querencia a los tópicos; por su preocupante tendencia a seguir las peores modas en su afán por adoptar una "jerga periodística" que no debería existir.
Bueno, la jerga periodístico-deportiva no tiene vuelta atrás, me temo: son demasiados años de diferenciación y demasiados colegas cultivándola como para pretender siquiera suavizarla. Pero hay numerosas incorrecciones que están conformando una especie de jerga informativa y eso sí creo que estamos a tiempo de pararlo. O estaríamos, si los veteranos no llevaran ya tiempo enfangados en el error y retozando felices en él.
Me refiero, por ejemplo, a esa absurda moda de sustituir el pretérito indefinido (lo aprendí con este nombre, sí) por el pretérito imperfecto del subjuntivo. ¿Por qué les parece a estos pipiolos que se debe decir, pongo por caso, "La policía investiga tal empresa por un presunto fraude y detiene a quien fuera su presidente" y no "a quien fue su presidente"?
O también a faltas de concordancia sencillísimas de corregir... si alguien se lo dijera. Dos ejemplos de un mismo Telediario de hace unos días:
- "Las miles de personas que..." El artículo debe concordar con el nombre al que acompaña y por eso debería ser "los miles", pues ese "los" va con "miles", no con "personas".
- "Una de las que trabajaba con el misionero ha muerto..." El verbo concuerda con el sujeto y en esta frase "una" es sujeto de "ha muerto" pero no de "trabajaba"; este último verbo pertenece a una subordinada cuyo sujeto no aparece, y que sería "(varias personas) trabajaban con el misionero". Quizá se entienda mejor así: "Ha muerto una persona de las varias que trabajaban con el misionero".
A veces la falta de concordancia es resultado del desconocimiento. Quienes piensan que un sustantivo es masculino por el mero hecho de llevar como artículo "el" en vez de "la", cometen errores como el que he oído esta mañana por la radio: "...ha tenido que comprarse su propio arma". "Arma" es sustantivo de género femenino, se dice "el arma" para evitar la cacofonía, pero eso no lo convierte en masculino.
Hay incorrecciones tan extendidas que no sé si se podrán erradicar. En el mismo Telediario al que me refería antes se dijo también: "El cincuenta y un por ciento...". Lo correcto es "cincuenta y uno por ciento". El numeral "uno" se apocopa (o sea, se le quita la o final) solo cuando precede a un sustantivo masculino. No es el caso.
Dos batallas me parecen importantes: la de los acentos y la de los signos de puntuación. Los acentos, me temo, mucha gente los considera opcionales. Pues bien, que os quede claro: NO LO SON. Acabo de leer una entrada en un blog que, aun reconociendo que en las búsquedas de Google no suelen utilizarse, si luego la página a la que accedemos tiene faltas de ortografía la valoramos peor. Por mi parte es absolutamente cierto.
De los signos de puntuación, en particular de las comas, hablaré ampliamente en otro momento, cuando tenga más tiempo, porque hay mucho que decir sobre ello. Hoy me limitaré a enunciar unas pocas normas: los vocativos van entre comas ("Hola, Pepe, ¿cómo estás?"); el sujeto y el predicado NO van separados por coma ("Los padres
Todos estos fallos los cometen los becarios en mayor medida que los periodistas veteranos. Pero la proporción tiende a igualarse porque esos becarios se incorporan a la plantilla de los medios año tras año y, si nadie los ha sacado de sus errores cuando se suponía que estaban formándose, nadie lo hará después.
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